Las reformas que se le están haciendo al Código Minero son una amenaza al medio ambiente y a las poblaciones aborígenes originarias de Panamá. Estas reformas han creado una situación de pánico e incertidumbre a los moradores de las regiones donde están los yacimientos de minerales, tales como Cerro Colorado, Petaquilla, entre otros. Esta situación perjudicará al medio ambiente y empobrecerá al país, ya que las empresas extranjeras no tienen un ápice de apego a esta tierra, y les imorta un bledo con los intereses nacionales y de los pueblos indígenas. La historia vuelve a repetirse una y otra vez, como hace quinientos años, pero esta vez en una versión moderna. Es lamentable que el Gobierno Nacional se coalige con los intereses foráneos en detrimento de los habitantes de las regiones mas empobrecidas del país. En lugar de reprimirlos, el Gobierno debería invertir en salud, educación, vías de comunicación y buscar otras alternativas de empleo para los que habitan en esos lugares.
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